lunes, 12 de diciembre de 2011
Venezuela: Azul Ambientalistas presento propuesta de Ley Penal para la protección de los lagos
Recientemente
Azul Ambientalistas, en la representación de Lenin Cardozo, expuso ante el
presidente y miembros de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional de
Venezuela, la propuesta de una Ley Penal para la protección del Lago de
Maracaibo y del Lago de Valencia (los dos lagos principales del país). Cardozo
señalo que una ley de esta naturaleza era de vital importancia debido a que la
actual Ley Orgánica del Ambiente es una ley general, que no especifica
penalizaciones a quienes tengan acciones contrarias al buen uso y manejo de los
Recursos Naturales.
El Rey Juan Carlos tiene pesadillas
Ya
es del conocimiento público, que el Rey Juan Carlos tiene serios problemas para
conciliar un sueño reparador. Sus más allegados piensan que probablemente sufre
del llamado síndrome “culpa morti animalus” (remordimiento por matar animales
por placer). Esta lamentable situación para el Rey viene desde que leyó sobre ciertas
filosofías indias que señalan que al morir todos aquellos que han matado
animales por placer, las almas de esas víctimas lo esperaran y lo arrastraran
hasta las llamadas cuevas de las lamentaciones. Quienes son llevados a esas
cuevas, vivirán sin el eterno descanso y solo los acompañan las lamentaciones
de quienes fueron martirizados.
¿Habrá alimentos suficientes para todos?
Ya somos 7 mil millones de
personas. ¿Habrá alimentos suficientes para todos? Hay varias respuestas. Escogemos
una del grupo Agrimonde (véase Développement et civilisations, septiembre 2011)
con base en Francia, que estudió la situación alimentaria de seis regiones
críticas del planeta. El grupo de científicos es optimista, incluso para cuando
seamos 9 mil millones de habitantes. Propone dos caminos: profundizar la
conocida revolución verde de los años 60 del siglo pasado y la llamada doble
revolución verde.
viernes, 2 de diciembre de 2011
Editorial Noviembre: La Ecología, la lucha del siglo XXI
El Siglo XXI es para muchos, el momento de la decisión; la
decisión de sobrevivir o desaparecer lentamente. Creemos que en este siglo, si
se quiere que la humanidad continúe, muchas cosas que nos parecen normales
deberán cambiar; por ejemplo el modo frenético de consumir, gastar y derrochar
los recursos naturales sin reponerlos o restaurarlos, claro está que algunos no
son renovables. Se ha hecho tan importante, en estas últimas décadas, entender
la relación naturaleza-humanidad, que la ecología salió de la atmósfera
científica para posicionarse en la política; lo que es un hecho, si se quiere,
sorprendente.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Ecología y democracia
En torno a
la celebración del Día de la Tierra (22 de abril de cada año), me gustaría
poner de relieve una cuestión de actualidad en plena crisis energética: las
relaciones entre ecología y democracia. El filósofo ecologista André Gorz solía
decir que el imperativo ecológico podía llevar a la sociedad tanto a un
anticapitalismo radical como a un fascismo verde. Es cierto que la magnitud de
los retos que se nos plantean en este principio del siglo XXI nos aboca a
realizar cambios profundos que cuestionan las bases de nuestras democracias.
martes, 22 de noviembre de 2011
El auge del ecologismo tiñe de verde la política
La crisis medioambiental, social y económica está
generando movimientos hasta hace poco inusitados. Los movimientos ecologistas,
que en un principio asomaron tímidamente la cabeza en el terreno político, poco
a poco se están introduciendo con fuerza en todos los ámbitos sociales. Sus
propuestas son globalizadoras como lo son los problemas que acechan al planeta,
y ofrecen una visión humanizada tanto para el ser humano como para la sociedad
y la economía.
lunes, 21 de noviembre de 2011
¿Sabía usted que a la flora y la fauna silvestres las amparan dos grandes diosas?
Los
antiguos griegos durante los nueve siglos de su máximo esplendor (IX-I a.C.)
dividieron su espacio geográfico en cinco niveles de acuerdo a su labor
productiva: Las costas para el comercio marítimo y la pesca, las planicies para
el cultivo de cereales (trigo, cebada), las lomas y collados para la ganadería
(vacuno poco, pero si mucho caprino y ovino), los valles para la horticultura y
frutales (privilegiando el de la vid), los grandes bosques para el agua: sin
agua y lo sagrado. Al respecto los helenos desde siempre supieron del
indisoluble vínculo entre la vegetación y el agua: sin agua no hay verdor, sin
la floresta no hay fuentes, ríos, quebradas. Sus bosques eran sagrados.
Restringían la tala de la fronda periférica a lo indispensable, la caza
únicamente como obtención de comida para la familia.
“La sostenibilidad requiere un enfoque sistémico y transformador”
Aunque nacido en Francia, Florent
Marcellesi es un ciudadano del mundo y así actúa tanto en su vida
diaria como en la defensa de sus propuestas políticas. Quien lo lee
habitualmente conoce su profundo conocimiento de las bases ideológicas del
movimiento verde, así como su defensa de un espacio propio y con autonomía para
la ecología política en España y Europa. Para los que pensamos que un futuro
muy negro nos espera si no ubicamos urgentemente la sostenibilidad en el centro
de nuestra gestión de lo público, gente como Florent es una esperanza. Y por eso
le deseo mucha suerte en todo lo que se proponga. Será un indicador para creer
que nos irá mejor a todos.
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miércoles, 16 de noviembre de 2011
La Ecología en América Latina (Parte VI: Ética y emancipación)
La ecología
política busca su identidad teórica y política en un mundo en mutación, en el
que las concepciones y conceptos que hasta ahora orientaron la inteligibilidad
del mundo y la acción práctica, parecen desvanecerse del campo del lenguaje
significativo. Sin embargo, el pensamiento dominante se resiste a abandonar el
diccionario de las prácticas discursivas que envuelven a la ecología política
(como a todos los viejos y nuevos discursos que acompañan la desconstrucción
del mundo) a pesar de que han perdido todo peso explicativo y resuenan como la
nostalgia de un mundo para siempre pasado, para siempre perdido: el del
pensamiento dialéctico, el de la universalidad y unidad de las ciencias, el de
la esencia de las cosas y la trascendencia de los hechos. Y sin embargo algo
nuevo puja por salir y manifestarse en este mundo de incertidumbres, de caos y
confusión, de sombras y penumbras, donde a través de los resquicios y
resquebrajamientos de la racionalidad monolítica del pensamiento totalitario,
se asoman las primeras luces de la complejidad ambiental.
La Ecología en América Latina (Parte V: Ecología política/ Epistemología política)
La ecología
política es la política de la reapropiación de la naturaleza. Pero como toda
política, no es meramente una estrategia práctica; su práctica no sólo está
mediada por procesos discursivos y por aplicaciones del conocimiento, sino que
es esencialmente una lucha que se da en la producción y apropiación de los
conceptos. No sólo porque el ambientalismo crítico combate las ideologías que
fundan la racionalidad de la modernidad insustentable (Leis, 2001), sino porque
la eficacia de una estrategia de reconstrucción social implica la
desconstrucción de los conceptos teóricos e ideológicos que han soportado y
legitimado las acciones y procesos generadores de los conflictos ambientales.
La orientación de las acciones hacia la construcción de sociedades sustentables
se da en un campo de luchas teóricas y de politización de conceptos. Así, los
conceptos de biodiversidad, territorio, autonomía, autogestión, están
reconfigurando sus significados en el campo conflictivo de las estrategias de
reapropiación de la naturaleza.
La Ecología en América Latina (Parte IV: Conciencia de clase, conciencia ecológica, conciencia de especie)
La política
de la diferencia se sitúa en otro plano que el de una ecología política
subsumida en el pensamiento ecológico. Pues la significancia de la naturaleza
que mueve a los actores sociales en el campo de la ecología política no podría
proceder ni fundarse en una conciencia genérica de la especie humana. La
"conciencia ecológica" que emana de la narrativa ecologista como una
noosfera que emerge desde la organización biológica del cuerpo social humano
esa formación discursiva desde la cual la gente habla del amor a la naturaleza,
se conmueve por el cuidado del ambiente y promueve el desarrollo sostenible no
es consistente con bases teóricas ni con visiones y proyectos compartidos por
la humanidad en su conjunto.
La Ecología en América Latina (Parte III: Política cultural/Política de la diferencia)
La
diferencia es siempre una diferencia radical; está fundada en una raíz cuyo
proceso y destino es diversificarse, ramificarse, reedificarse. El pensamiento
de la diferencia es el proyecto de desconstrucción del pensamiento unitario,
aquel que busca acomodar la diversidad a la universalidad y someter lo
heterogéneo a la medida de un equivalente universal, cerrar el círculo de las
ciencias en una unidad del conocimiento, reducir las variedades ontológicas a
sus homologías estructurales y encasillar las ideas dentro de un pensamiento
único. La ecología política enraíza el trabajo teórico de desconstrucción del
logos en el campo político, donde no basta reconocer la existencia de la
diversidad cultural, de los saberes tradicionales, de los derechos indígenas,
para luego intentar resolver el conflicto que emana de sus diferentes formas de
valorización de la naturaleza por la vía del mercado y sus compensaciones de
costos.
La Ecología Política en América Latina (Parte II: Desnaturalización de la naturaleza)
En el curso
de la historia, la naturaleza se fue construyendo como un orden ontológico y
una categoría omnicomprensiva de todo lo real. Lo natural se convirtió en un
argumento fundamental para legitimar el orden existente, tangible y objetivo.
Lo natural era lo que tenía "derecho de ser". En la modernidad, la
naturaleza se convirtió en objeto de dominio de las ciencias y de la
producción, al tiempo que fue externalizada del sistema económico; se
desconoció así el orden complejo y la organización ecosistémica de la
naturaleza, en tanto que se fue convirtiendo en objeto de conocimiento y en
materia prima del proceso productivo. La naturaleza fue desnaturalizada
para convertirla en recurso e insertarla en el flujo unidimensional del valor y
la productividad económica. Esta naturalidad del orden de las cosas y del mundo
la naturalidad de la ontología y la epistemología de la naturaleza fue
construyendo una racionalidad contra natura, basada en leyes naturales
inexpugnables, ineluctables, inconmovibles.
La Ecología Política en América Latina (Parte I: Emergencia de la ecología política)
La ecología
política se encuentra en el momento fundacional de un campo teórico-práctico.
Es la construcción de un nuevo territorio del pensamiento crítico y de la
acción política. Situar este campo en la geografía del saber no es tan sólo
delimitar su espacio, fijar sus fronteras y colocar membranas permeables con
disciplinas adyacentes. Más bien implica desbrozar el terreno, dislocar las
rocas conceptuales y movilizar el arado discursivo que conforman su suelo
original para construir las bases seminales que den identidad y soporte a este
nuevo territorio; para pensarlo en su emergencia y en su trascendencia en la
configuración de la complejidad ambiental de nuestro tiempo y en la
construcción de un futuro sustentable.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Del egoísta latifundio a las saludables reservas forestales – zoológicas
En
Latinoamérica el latifundio se ubica dentro de la concepción negativa de la
organización social del campo: es inmoral y es la expresión más clara de la
avaricia por la tierra. Cuando se entiende la superficie del suelo campestre
como la base material primaria fundamental para la producción agraria,
pecuaria, con su posterior versión industrial, todo lo cual implica una enorme
utilización de mano de obra, una activísima ocupación laboral, el latifundio
significa lo opuesto a todo esto por cuanto son inmensas extensiones de tierra
ociosas, en manos de coleccionadores de territorios, con una ocupación laboral
cero o menos cero, es decir nada.
La Revolución Ecológica (Parte IX: La conciencia y el Verbo)
Puede parecer extraño que los cambios
ecológicos que los cambios ecológicos que demanda la defensa del planeta sean
entendidos como una revolución. Quizás es necesario precisar esta idea. El término revolución no ha sido usado aquí
para designar el salto cualitativo de una sociedad a otra en el marco de un
proceso evolutivo que va de unidades inferiores a otras supuestamente
superiores. No es posible dejar de pensar que el concepto de revolución está
demasiado ligado a las teorías del progreso y del desarrollo que este mismo
trabajo intenta cuestionar. Por lo tanto, el concepto de revolución ha sido usado
en su sentido más lato, esto es, para referirse a cambios profundos en todos
los niveles de la existencia, pero sin que éstos correspondan con ningún plan
inscrito en alguna ideología del progreso, del crecimiento, o del desarrollo.
La Revolución Ecológica (Parte VIII: La intervención ecológica)
La
intervención ecológica en el mercado supone, a la vez, la organización política de los agentes ecológicos
interventores. Esto no quiere decir, aunque no lo descarta, que una organización
ecológica deba ser partidaria. Tampoco quiere decir que deba ser puramente
cultural. En este sentido, no hay una receta universal. De país a país, las
constelaciones políticas de donde puedan surgir interferencias en el mercado, son diferentes. En algunos
países latinoamericanos, por ejemplo, supone vincularse con demandas campesinas
e indígenas largamente postergadas, lo que en algunos casos implica cuestionar
el sentido puramente geopolítico (o estatista) de la nación, lo que puede a su
vez ser fuente de conflictos de alta intensidad en el futuro.
La Revolución Ecológica (Parte VII: La revalorización de los valores)
Como ya ha sido dicho, el valor del desgaste de la
naturaleza no está involucrado, por falta de una tercera contabilidad, en el cálculo
valórico de cada producto y, por lo mismo, no forma parte del cálculo preciatorio.
Una nueva teoría del valor, parte central de la Segunda Crítica a la Economía
Política que —como también ha sido establecido— se encuentra en marcha, pasa
por incorporar en la producción la parte que se pierde de la naturaleza. Ahora
bien, este tipo de cálculo ofrece una breve dificultad; matemáticamente es
incalculable.
La Revolución Ecológica (Parte VI: El fin de la utopía del crecimiento eterno)
Si el crecimiento tiene límites objetivos, debe
existir un momento en el cual, ü partir del reconocimiento de esa realidad, la
economía —en tanto que ciencia— deja de ser una ciencia del crecimiento. Eso
significaría desplazar su centro desde la producción de riquezas al de la
administración de la pobreza. Quizás la
economía moderna nació el día en que Jesucristo, según el Nuevo Testamento,
tuvo la fantástica idea de multiplicar los panes para dar de comer a los
hambrientos. Si se escribiera de nuevo la misma historia, Jesucristo debería
haber enfrentado el problema no de multiplicar panes, sino de repartir, entre
muchos, los pocos disponibles. Esa es la tarea científica de la economía del
futuro, que sólo puede cumplirla reconciliándose con su hermana, la ecología.
La Revolución Ecológica (Parte V: La impureza de la ecología política)
Que estemos en vísperas de una revolución
global que además se expresa ecológicamente, quiere decir que lo ecológico no
existe políticamente en forma "pura" sino imbricado en un contexto
poblado de conocimientos que no son puramente ecológicos. Pero, a la vez, el
elemento ecológico impurifica a los demás (políticos, económicos) y les da una
connotación que sobrepasa su forma específica, hasta tal punto que lo llamado
específico se convierte en un dato abstracto, imposible de ser ubicado en algún
punto de la realidad.
La Revolución Ecológica (Parte IV: La teoría de la revolución global)
La
ecología como práctica política subvierte principios esenciales del
racionalismo moderno. Quizás estamos asistiendo a uno de los procesos más
revolucionarios que haya conocido la historia de la Humanidad, pues gracias a
los servicios que nos presta la ecología podemos realizar una suerte de cuestionamiento
tridimensional. En primer lugar, el de un orden civilizatorio: la propia
modernidad. En segundo lugar, el de un orden socioeconómico: el industrialismo,
predominantemente su forma capitalista (ya que su forma socialista se
cuestionó a sí misma, y muy radicalmente). En tercer lugar, el de nosotros mismos.
La Revolución Ecológica (Parte III: La desnaturalización de la razón)
El error que lleva a deducir la condición antropológica como externa al
"orden natural" se deduce de la observación correcta de que, en
efecto, parece que con el Homo sapiens la naturaleza se dio un elemento
que hasta antes de nuestra llegada no tenía: la autorreflexión, o lo que es
parecido: la capacidad de pensarse a sí misma. Esta capacidad portada por la
especie humana, la de elaborar teorías; maravilló tanto a sus portadores, que
los llevó en algún momento a imaginar que existía independiente de su
condición natural. Este fue el momento en que durante los tiempos modernos
algunos iluminados llevaron su capacidad de razonar hasta el punto en que fue posible
razonar sobre la razón.
La Revolución Ecológica (Parte II: Equilibrio e integración)
El planteamiento de Al Gore es fascinante, como lo
es el de muchos místicos, y él lo es desde un punto de vista ecologista. Por lo mismo,
parece inevitable que en algunos momentos caiga en la tentación de absolutizar
algunas premisas. Por lo menos dos conceptos muy caros a Al Gore se encuentran
para él fuera de toda discusión. Uno es el de equilibrio; el otro es el de la
reintegración.
La Revolución Ecológica (Parte I: Un palimpsesto de nuestro tiempo)
A continuación se extrae para ustedes una de las lecturas, que ha consideración nuestra debería ser obligatoria si se quisiera entender el contexto actual en el que se esta viviendo. Fernando Mires, un ensayista chileno, nos expresa muy bien esos cambios revolucionarios que la sociedad de hoy está viviendo; que todos sentimos y palpamos. La Revolución que nadie soñó o la otra posmodernidad, cuenta con cinco capítulos, quisimos traer para ustedes el capítulo tres: La Revolución Ecológica.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (III Parte)
Dentro de estas reflexiones, no podía faltar un análisis de la situación del deporte venezolano en todos
estos años. "El Garzón" fue atleta, y de ésos que nunca recibieron la
atención del Estado, lo cual no lo hace ninguna excepción a la regia, ni nada
por el estilo, pero sí lo provee de capacidad para hablar con propiedad. Veamos,
cuáles son los bolas y los strikes, los outs y los safe que el chief umpire
decreta en esta materia:"¿Qué se ha hecho con el deporte aquí?", es su primera conjetura al
abordar el tema.
¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (II Parte)
Roberto
deja constancia de sus convicciones democráticas. Estas se han
hecho cada día más fuertes. Pese a ello, no deja de reprochar que en estos
últimos 33 años, se hayan perdido cosas que existieron en un sistema como el de
Pérez Jiménez."Cuando Pérez Jiménez, Venezuela
vivió años de mucha tranquilidad en lo que a seguridad personal se refiere.
Quienes vivimos en aquella época, estamos impresionados por lo que está
sucediendo actualmente en el país. Lo que ocurre es terrible, algo incomparable.
¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (I Parte)
A continuación
traemos para ustedes un extracto del libro escrito por el conocedor del deporte
venezolano Carlos Cárdenas, del cual casi por mera casualidad quisimos publicar
estas líneas para reflejar como los personajes de épocas anteriores percibían
la política y la sociedad venezolana de aquel entonces. La historia que leerá a
continuación es prácticamente, lo que toda la gente responde al unísono cuando
se le pregunta por la Historia Contemporánea de Venezuela antes de 1998. Roberto “Tarzán” Olivo es una de
las figuras más representativas del beisbol, deporte rey en Venezuela.
martes, 8 de noviembre de 2011
La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte III: Conclusiones: los retos de la globalización)
Si atendemos a la literatura especializada que más
cercana se muestra al ecologismo como actor político, en sus discursos y en sus
prácticas, no parece fácil justificar una deuda clara para con posiciones
premodernas e irreflexivas, menos aún si nos fijamos en la configuración del
ecologismo como agente político global. Es más, la evolución que sigue el
ecologismo como otros movimientos sociales hacia la imbricación en redes y
narrativas globales, nos muestra una tendencia sustancialmente autorreflexiva,
dinámica y permeable que, precisamente por eso, ha de hacer frente a retos
nuevos como participante activo en la sociedad civil global. Probablemente el
ecologismo como teoría o ideología política pueda ser más adecuadamente
revisado con mirada crítica poniendo la atención en los retos nuevos, si bien
ver qué lugar ocupan los viejos puede arrojar luz también sobre esa evolución.
La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte II: La práctica en la Teoría del Ecologismo)
Las cosmovisiones, las doctrinas comprehensivas o las
ideologías políticas se dan siempre encarnadas en sujetos concretos que son los
que las van constituyendo. Es decir, están siempre en relación no sólo a la
coherencia interna del conjunto de valores, principios e imágenes a los que se
apela sino también a la práctica concreta en que esas ideas van siendo puestas
en juego. A pesar de que cualquier análisis social parte de este tipo de
premisas, esta idea ha sido a menudo olvidada en buena parte de las discusiones
sobre la seriedad o no del ecologismo como ideología política, como ocurre en
muchas otras discusiones en filosofía moral y política. No son pocas las
ocasiones en que se cae en un exceso de constructivismo y la definición de un
conjunto de ideas muy consistentes analíticamente se hace a costa de perder la
dimensión dinámica, plural y cambiante de al menos parte de las ideas y los
actores.
La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte I: Aparición de la Teoría del Ecologismo)
La problemática ambiental continúa siendo aceptada de
forma paradójica. Por un lado, y como la canícula que azotó Europa durante el
verano del 2003 nos recordó, ya forma parte del «sentido común» del ciudadano
occidental e incluso la legitimidad de cualquier discurso social pasa por
reconocer la necesidad de tratar de hacerle frente. Por otro, sin embargo, no
sólo la propia noción de crisis ecológica, sino con ella todo el proyecto político
ecologista, vienen siendo cuestionados regularmente. El objeto de este trabajo
es aclarar algunos malentendidos que hacen posible la coexistencia de dos
formas aparentemente contradictorias de asimilar lo que, por equiparación con
la llamada a la cuestión social durante los siglos XIX y XX, puede ser llamado
la cuestión ecológica.
Hacia un ecologismo sin complejos.La ecología política: ¿de izquierdas o de derechas?
Desde la aparición del movimiento ecologista en la
escena mediática, numerosas voces de pensadores y teóricos discuten su
posicionamiento en el tablero político heredado de la oposición entre izquierda
y derecha. Frente a este panorama binario, los Verdes alemanes en su fundación
en 1984 hicieron famoso el lema “la ecología no está ni a la izquierda, ni a la
derecha sino que va por delante”. Mientras tanto, el ecologismo político
francés establecía el “ni-ni”: ni de izquierda, ni de derecha. Cuando nace el
Movimiento Ecológico de Venezuela en una coyuntura electoral e inspirado en los
Verdes Peruanos asimilamos este lema No somos de Izquierda, Ni de derecha,
somos del Centro y Pa’ lante con el Tema Ambiental; No ofrecemos la Luna, sino
que garantizamos la Tierra. Y de allí en el año 2008 y una vez legalizados ante
el CNE, hemos buscado un equilibrio, ante tan marcada polarización para
fortalecernos como organización política ecológica y para llegar a una inmensa
mayoría de Venezolanos que no se sienten identificados en ningunos de los dos
extremos. En conclusión, el MOVEV, quiere ser una verdadera alternativa con un
proyecto de país en el marco de la Ideología de la Ecología Política.
¿Qué es la Ecología Política?
Lejos de resumirse en consideraciones de medio
ambiente, la Ecología Política es un sistema de pensamiento político global,
todavía muy poco conocido en Venezuela, que responde a unas necesidades
históricas concretas. Aplicada al hombre, la ecología es el estudio de la
relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera
transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir. El ambiente de
los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también
la naturaleza transformada por su actividad. La ecología humana es, entonces,
el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente (medio de vida
de la humanidad) y el funcionamiento económico, social y político de las
comunidades humanas.
lunes, 7 de noviembre de 2011
La ecología política y el siglo XXI
La “ecología política” pretende traducir al campo
político los múltiples aspectos y realidades que engloba el término ecología.
Como se ha repetido hasta la saciedad, la palabra ecología se remonta a las
raíces griegas oikos (casa) y “logie” (estudios metódicos del ¿para hacer
qué?). Generalizado en los últimos decenios del siglo XIX, el término ecología
adopta el sentido de “la organización más satisfactoria de nuestra casa Tierra,
en sus relaciones con la Naturaleza que la rodea”. La ecología tiene de excepcional
el haber sido una ciencia y haber pasado a ser un asunto político y ético de
mayor importancia.
El Movimiento Ecológico de Venezuela (III Parte: Misión, Visión y Valores del MOVEV)
Es la fuerza política de los ciudadanos que participan
democrática y libremente en las decisiones fundamentales de la sociedad, para
garantizar las sustentabilidad de los recursos naturales y el derecho de cada
persona a su desarrollo económico, político, social e individual en un ambiente
sano, seguro y ecológicamente equilibrado, de respeto por la vida y la
naturaleza y por una sociedad más justa. (Misión)
El Movimiento Ecológico de Venezuela (II Parte: Una ideología del siglo XIX no puede nunca solucionar los problemas del siglo XXI)
“No somos un movimiento unidireccional. Cada día que pasa nos damos cuenta de que no vale la pena construir una sociedad que no considere las leyes naturales, los derechos democráticos, las diferencias sociales y las limitaciones económicas. El núcleo de la ideología verde es que todo tiene conexión, que no se puede separar a la gente del resto de la naturaleza, que es mejor ver las cosas a largo plazo en vez de a corto plazo, y que todas las decisiones deben tomarse lo más cerca posible de los implicados”
El Movimiento Ecológico de Venezuela (I Parte: El Partido Verde Venezolano)
La naturaleza y la sociedad humana están en riesgo de
la destrucción masiva. Esta situación tiene su origen en las políticas de
“desarrollo” que se han venido aplicando de manera generalizada a escala global.
Dichas políticas han fracasado porque sus fundamentos están equivocados.El
nacimiento del movimiento ecologista venezolano y sus expresiones políticas
"verdes" es parte de una respuesta mundial que la sociedad ha venido
gestando en las últimas décadas, para cambiar el rumbo y los fundamentos mismos
que la política tradicional ha seguido hasta ahora, a los fines de trabajar por
un ambiente "seguro, sano y ecológicamente equilibrado" como lo plantea
nuestro marco constitucional.
De la Venezuela Rentista a la Venezuela Solar: Manifiesto Político MOVERSE
Movimiento por una Venezuela Responsable, Sostenible y
Emprendedora (MOVERSE) es un movimiento político venezolano de izquierda y
ambientalista destinado a promover un nuevo Proyecto Político Nacional en el
cual Democracia Efectiva,
Economía Sostenible y Comunidades Inclusivas son bases fundamentales
de la nueva ciudadanía plural, libre, innovadora, corresponsable y
progresista. MOVERSE es una organización conformada por un grupo de ciudadanos
provenientes de diversas corrientes del pensamiento político, sin distinción de
clase, raza, género y credo, que coincidimos en la necesidad de
transformar a Venezuela en un país productivo, incluyente y comprometido con su
desarrollo sostenible. MOVERSE ofrece un espacio de acción sociopolítica a
todos los venezolanos, y de manera particular a generaciones emergentes
de jóvenes, preocupados por la crisis social, económica, política y ambiental
que vive la nación, y dispuestos a comprometerse
voluntariamente en la búsqueda individual y colectiva de soluciones innovadoras
a los desafíos de nuestro tiempo.
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