miércoles, 9 de noviembre de 2011

¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (III Parte)



Dentro de estas reflexiones, no podía faltar un análisis de la situación del deporte venezolano en todos estos años. "El Garzón" fue atleta, y de ésos que nunca recibieron la atención del Estado, lo cual no lo hace ninguna excepción a la regia, ni nada por el estilo, pero sí lo provee de capacidad para hablar con propiedad. Veamos, cuáles son los bolas y los strikes, los outs y los safe que el chief umpire decreta en esta materia:"¿Qué se ha hecho con el deporte aquí?", es su primera conjetura al abordar el tema.

     "En nuestro país hay mucha gente que ha ido al instituto Nacional de Deportes, nada más que por figurar y para hacer negocios", afirma el hombre que estuvo sonando para ocupar la dirección del I.N.D. al inicio del gobierno de Caldera, pero que no aceptó el cargo por "tener otras ocupaciones que no me lo permitían".

     "Con el dinero que ha habido en este país -apunta­se hubiera podido desarrollar el deporte a grandes niveles, pero no se le ha dado el apoyo ni la atención necesaria.”

     Las comunidades tienen que colaborar también, lo que pasa es que si no existe el ejemplo de arriba, los de abajo no se pueden organizar, ni se les puede reclamar por lo que hagan o dejen de hacer.

     Al deporte no le han brindado las atenciones nece­sarias y, si las ha tenido, han estado mal dirigidas. Es una vergüenza que al béisbol amateur venezolano le ganen Italia y Holanda, por ejemplo. Eso es increíble. Es algo que se cuenta y no se cree.

     Estoy seguro de que en los liceos y universidades existen grandes peloteros, pero no hay el desarrollo ni la coordinación debida. No me extraña que un día de éstos, perdamos con Argentina.

     El atletismo también lo hemos descuidado de­masiado. Eso es imperdonable, el atletismo es la base de todos los deportes.

     La actividad deportiva contempla una gran canti­dad de beneficios para quienes lo ejecutan. De inme­diato, el atleta al sentir que ha avanzado en su espe­cialidad, se aparta de los vicios y piensa que puede triunfar. Yo me salvé por el deporte, porque yo no era ningún santico, ni nada parecido. A los 15 años era bastante desbarajustado, pero en lo que me inicié en la práctica deportiva, me enamoré del desarrollo físico y cambié. Donde me metí, logré conquistar lo que me propuse. Además, el deporte te exige y te da disciplina, ya que tienes que someterte a las leyes.

     El dinero que se gasta en el deporte -continúa explicando "El Hombre Tanque"-, es de suma utili­dad para la nación, aunque parece que los gobiernos no lo creen así. En 1963, cuando formamos Los Criollitos junto al Dr. José Del Vecchio, el gobierno nos dio una asignación de mil bolívares mensuales y, todavía en el período del Dr. Caldera, la ayuda seguía en esa misma cantidad. A pesar de la labor que desarrollamos, nunca recibimos apoyo, e inclusive en una oportunidad, estuvieron a punto de quitarnos la asignación".

     Sin embargo, las inversiones tienen que ser cui­dadosas. Gastar por gastar, tampoco es la filosofía conveniente. Por eso, Olivo fue un firme opositor a la realización de los Juegos Panamericanos de 1983, que se escenificaron en Caracas.

     "Yo le di todo mi apoyo al Dr. Herrera Campins para la celebración, en Barquisimeto, de los Juegos Bolivarianos, ya que consideré que ése era un evento en el cual podíamos competir dignamente. En cambio, cuando se presentaron los Panamericanos, él me pidió mi opinión y yo le dije con confianza:
-Presidente, no estoy de acuerdo con la realización de los Panamericanos en Caracas. Estos juegos van a ser .una alta inversión de dinero, a la cual no se le va a sacar ningún provecho. Y así fue, ConCOPAN'83, se hicieron ricos unos cuantos".

     Y en verdad que sí. Se hicieron ricos unos cuantos con el dinero, público, como se han hecho miles de políticos en todos estos años, desde 1914 al presente. Con todo lo que se han llevado, el deporte hubiera podido alcanzar un desarrollo extraordinario, pero qué va, ha sido para el disfrute de estos señores. Lástima que muy pocos de ellos tengan la conciencia tranquila y puedan decir como Roberto Olivo: "De nada me acusa".

Escrito por Carlos Cárdenas Lares (1991). Extraído de ¡Play Ball! Vida y Anécdotas de Roberto “Tarzán” Olivo.

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