Roberto
deja constancia de sus convicciones democráticas. Estas se han
hecho cada día más fuertes. Pese a ello, no deja de reprochar que en estos
últimos 33 años, se hayan perdido cosas que existieron en un sistema como el de
Pérez Jiménez."Cuando Pérez Jiménez, Venezuela
vivió años de mucha tranquilidad en lo que a seguridad personal se refiere.
Quienes vivimos en aquella época, estamos impresionados por lo que está
sucediendo actualmente en el país. Lo que ocurre es terrible, algo incomparable.
La
democracia ha perdido mucho terreno, desgraciadamente para las personas que
nos gusta vivir en libertad, pero en una libertad que se respete y en la cual
se cumplan las leyes, en donde no haya los robos al erario público que
existen hoy día y que nos han arruinado. Tengo la esperanza de que esta
situación se vaya a arreglar y que los hombres encargados de dirigirnos en el
futuro, serán honestos y correctos, como lo fue Rómulo Betancourt.
El trazó las líneas
para que Venezuela siguiera adelante y tuvo el apoyo de políticos serios, que
lo acompañaron en un momento tan difícil por la presencia de la
guerrilla". Cuentan que estando el máximo líder de Acción
Democrática en el poder, éste llegó al Aeropuerto de Maiquetía y fue conducido
a un salón especial, donde tendría un encuentro con los periodistas.
Ya allí,
alguien le dijo:
-Presidente,
anoche usted tenía el brazo en buena forma.
-¡No, qué va! lancé una bolita maluquita, pero tuve
la suerte de que Olivo la cantó strike -respondió Betancourt.
Todo el mundo celebró la salida y el
Presidente agregó:
-En medio de los aplausos y la gritería del
público, pude escuchar cuando un aficionado le gritó al umpire:
-Olivo, cántale strike para que te
aplaudan. Y así fue en verdad lo que ocurrió.
Y entonces, Betancourt finalizó apuntando:
-Y después hablan mal de Olivo
Según
Roberto, el período de Rómulo fue muy positivo. Empero, los recuerdos que guarda de los
meses que vivió Wolfgang Larrazábal en la presidencia, luego de la caída de
Pérez Jiménez, no son precisamente los mejores.
"A quien sí voy a criticar,
tajantemente, es al Contralmirante Wolfgang Larrazábal. La gran falla que hubo
cuando derrocaron a Pérez Jiménez, fue haber declarado aquel Plan de Emergencia
que, prácticamente, comenzó la ruina del país. Con ese plan se perdió el
control y el orden que había con los trabajadores en cuanto a
responsabilidades, y se le dio rienda suelta a una cantidad de cosas perjudiciales.
El dinero se empleó de cualquier forma, se dio el caso de que algunos
trabajadores tenían dos o tres empleos y se permitió la proliferación de
ranchos, los cuales habían sido eliminados, casi en su totalidad, por Pérez
Jiménez.
Después de Rómulo
entró otro militante de Acción Democrática, como lo fue Raúl Leoni,
extraordinaria persona de grandes dotes morales y con una familia bien
constituida, como tiene que ser un Presidente de la República".
Pese a su buena impresión sobre los
dos primeros gobiernos de la era democrática, Roberto Olivo decide lanzarse en
franco apoyo a la candidatura presidencial del copeyano Rafael Caldera, quien
resultó electo Primer Magistrado para el período 1969-74 en los comicios de
1968. El chief umpire fue uno de los mayores animadores de la campaña de
Caldera. Con sus fuertes gritos de "Play ball", daba inicio a los mítines
del candidato verde y, con el mismo colorido y sabor que le imprimía a un
Magallanes-Caracas, decretaba out a los adecos.
"Acompañé a Caldera
sin buscar en ninguna forma un cargo público ni político, porque nunca lo
necesité, gracias a Dios. A Caldera había que darle respaldo por sus cualidades
de hombre público y político de gran envergadura. Me decidí a apoyarlo y,
afortunadamente, salió electo. Con su presencia en Miraflores, contábamos con
un hombre del cual sabíamos quiénes eran su esposa y sus hijos", afirma
con certeza el miembro del Salón de la Fama venezolano.
"Me incorporé a la
campaña -agrega-, luego de una reunión en la cual se formó el Grupo de
Independientes con Caldera (ICC). Fue una campaña extraordinaria. Yo mezclaba
el béisbol con el aspecto político y presentaba los mítines gritando ¡Play
ball! Recuerdo que en
Barquisimeto, se llevó a cabo una concentración
en el estadio, que estaba completamente lleno. El animador era el Dr. Luis
Herrera Campins y después hablaron "Pepi" Montes de Oca y el propio
Caldera. Luis Herrera inició el mitin y dijo:
-Ahora le
toca hablar a mi compadre Roberto Olivo.
Como siempre,
comencé gritando ¡Play ball!, y me mandé a hablar
sobre el candidato en términos beisbolísticos:
-El mejor
pitcher que tiene Venezuela se llama Rafael Caldera, El cambio va, va y va de jonrón...
También estuve en
la Plaza de Maracay, donde hubo un lleno impresionante. De repente, notamos que
la gente se estaba marchando, por lo que Eduardo Fernández se me acercó y me
pidió que buscara animar al público. Metí aquel grito de ¡Play ball! y todo el
mundo regresó. Ayudé a Caldera y no me pesa. Pienso que fue un Presidente
correcto y honesto".
Durante la primera administración copeyana, Olivo desempeñó un cargo ad honorem en la Oficina de Quejas
y Reclamos, al lado del general Alberto Monserratte. Además, estuvo como
Comisionado del IND para el Béisbol Profesional, cargo del cual se separó por
discrepancias con el titular inedista de entonces, Carlos Felice Castillo.
"De ahí en adelante
-reflexiona "Supermán" - comenzó la débanle. Con el mandato de Carlos
Andrés Pérez, vinieron los cinco años de la Venezuela Saudita, mientras se
descuidaba el desarrollo de la agricultura y la educación, así como la salud de
la población.
Posteriormente,
vino Luis Herrera, quien también tuvo su representación familiar bien marcada. Su
error fue que lejos de aminorar la hipoteca que el mismo dijo que recibía de
manos de Carlos Andrés, la acrecentó. Todo el que tiene una hipoteca trata de
saldarla o, por lo menos, de rebajarla. Además, Herrera metió en su gabinete a
elementos de su confianza, muchos de los cuales lo traicionaron.
Seguidamente,
entramos en la maravillosa presidencia del famoso bonachón, el
simpático Jaime Lusinchi. ¡Qué agradable persona!
Mi señora me decía siempre:
-Ay, pero si es muy simpático.
Sí, es verdad,
le contestaba yo, pero lo que no veo por ninguna parte, es su formación. Y a la
vista está el desastre que dejó en sus cinco años. Cuando entró al gobierno,
dijo que la botija estaba llena, pero cuando salió, todos estábamos raspando la
olla.
Una democracia así como la que
estamos viviendo, yo no la quiero, ni la aprecio. La democracia nos está
hundiendo y si aquí no se le pone una verdadera atención a los problemas, con
gobiernos de comprobada solvencia moral y ética, no sabemos qué nos espera.
Los gobiernos deben tener hombres de conductas ejemplares, en especial el
Presidente. Ruego a Dios para que todo cambie, sobre todo por la juventud, que
es el 70 por ciento de la población, porque yo ya estoy haciendo cola para La
Guairita. Si no se producen los correctivos, entonces vendrán otras
alternativas por sí solas. No creo que Venezuela deba pensar en golpes de fuerza, pero si las
circunstancias que estamos viviendo continúan, eso se puede presentar
y el pueblo lo va a apoyar, sea de derecha o de izquierda".
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