Los habitantes de las Américas
(del Continente Americano), tienen una conexión especial con la naturaleza. Es
instintiva, son como hilos invisibles ambientales, conservacionistas,
culturales, antropológicos, sociológicos, que los vinculan, atrapan, amarran a
esta tierra que los cobija, la cual los distingue, los hace únicos. Este
fenómeno igual le ocurre a los pobladores de otros continentes que se
residencian en la región. Llega un momento en sus vidas, que no pueden ya
regresarse, no porque algo se los impida, sino porque el afecto por estas latitudes
no los deja moverse. En todos se despierta desde muy temprano, sentimientos y
admiración por los árboles, follaje, montañas, ríos, lagos, mar, fauna, cielo.
El amor por las dos madres, la
madre biológica y la natural, se hace también presente a lo largo del ciclo de
sus vidas. Este sentimiento, afecto por lo natural se transmite genéticamente.
Es la ancestral sangre aborigen quien, por múltiples vías, induce, seduce. La
ecosmovisión del planeta, la veneración por la madre Tierra es el legado indígena,
eso es lo que los hace ser ciudadanos especiales, perceptivos, solidarios,
capaces de lograr de la convivencia con la naturaleza un estilo de vida. Han
sido los pobladores que menos han traumatizado a la naturaleza desde que la
humanidad se hizo presente en el Continente.
La genética americana hacia lo
natural se alimenta diariamente, a partir del agua que consumen (las más pura
del planeta), la atmósfera menos contaminada se encuentra en el Continente. Su
gastronomía, paso ha ser una de las más importantes del mundo, de las diez
especies de mayor consumo, seis son originarias de América: maíz, papa, batata,
tomate, pimentón y yuca.
Ambientalistas también con las
ideas. Desde América, en pleno siglo XX, se lanzo al mundo el S.O.S por la
defensa de la naturaleza. Los valientes jóvenes de los años 70, bajo el lema de
la “Paz Verde” (Greenpeace), en Vancouver, al oeste de Canadá, llamaron la
atención del mundo al protestar la impunidad hacia el ambiente, al hacer
pruebas nucleares en el pacifico. Igual Chico Méndez, lleva la reflexión ante
las Naciones Unidas de la necesidad de preservar el gran pulmón verde del
planeta, el Amazonia.
En las ecoartes (poesía, música,
pintura, literatura) en las últimas décadas el Continente ha sido el gran
referente. Igual, en el desarrollo del periodismo ambiental.
Sin discusión, América es el
Continente de la naturaleza.
Por Lenin Cardozo
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