Diversidad en
la Unidad. Diversidad representa a
todos aquellos actores que participan en la lucha por la "buena sociedad". Individualmente cada uno
tiene una concepción de la realidad distinta, y algo de lo que aporta es
beneficio para el colectivo social. Unidad representa a las partes
pero transformado en el conjunto. Ahora la frase misma expresa, en
primer lugar, que la diversidad está unida, es decir, que todos los participantes, los cohesiona un “algo”, y ese “algo” urge formalizarlo y
transmitirlo a las generaciones ulteriores. Ese “algo” es la Conciencia. Y en segundo lugar,
la frase también nos señala, que la unidad es diversa, es decir, el conjunto
existe por la concordancia de los ideales de las partes.
En otras palabras, este
principio recoge que todos los involucrados respetarán y se adherirán
completamente a esos valores básicos e ideales que se consideran parte de la Conciencia. A la vez, cada parte
es libre para conservar su distinta percepción política, sin que entren en
conflicto con la parte esencial de aquello que comparte con otros. Además
pudiendo aportar su visión al ideal creado. “No debemos sacrificar la unidad o diversidad por la otra parte, pero
debemos reconocer que podemos aprender a vivir con mayor diversidad y a la vez
proteger bien la legítima unidad”.
Eclecticismo, Pluralismo Limitado y Democracia
El matemático Cassius J. Keyser dijo: “La certeza
absoluta es un privilegio de mentes incultas y fanáticas”. El eclecticismo es “un intento de apertura, de
reconocimiento de la verdad de donde venga, sin prejuicios ideológicos”. El
arte ecléctico “es una especie de estilo mixto en las bellas artes, cuyos rasgos son tomados de varias fuentes y estilos”.
Estas dos apreciaciones nos pueden servir para entender lo que se quiere decir
con el eclecticismo.
Lo que aquí se ha querido explicar sobre la Conciencia parte de la intención
de mezclar y combinar coherentemente las ideas, puntos de vistas,
propuestas y concepciones de diferentes personas o grupos. El propósito no es
en ningún momento quedarse estancando en una posición teórica cerrada
(como las ideologías tradicionales), que desdeñe otros enfoques. Lo cual es a veces una
actitud que se acerca más al fanatismo que a otra cosa. Lo que aquí se propone
es una respuesta ante el estancamiento de la política en el dogmatismo y la
superstición.
No tardarían en encontrarse las nociones de eclecticismo
y el pluralismo. El pluralismo es la disposición de aceptar y admitir la
estancia y difusión de diferentes opiniones e ideas, característica de las
sociedades democráticas. El pluralismo creo yo, es fundamental en esa concepción
de Conciencia, y de cualquier
otra postura política. No es solo aceptar que alguien piense diferente, sino
que debemos participar en la búsqueda de aquellos rasgos e intereses que nos
une. “La actual sociedad posmoderna busca valores más humanos, con más
espacio para la autonomía individual, la diversidad, la autoexpresión y la
calidad de vida. El
pluralismo y la tolerancia son dos de los grandes valores que reivindicó la
modernidad. Creo que cualquier teoría que pretenda servir a nuestras sociedades
democráticas debe situarlos en un lugar privilegiado y sería rechazada con
razón si no es capaz de explicarlos o si representa un peligro para ellos”. “La participación real y ordenada
debe resultar en un proyecto común en la cual todos nos sintamos acogidos como
partes importantes de una construcción solidaria, que da sentido a nuestra
existencia.”
Sin
embargo, de la democracia y el pluralismo, se debe recordar lo siguiente: “La
democracia es el menos malo de los sistemas. Es decir, es malo. Pero no cabe
todo. El que es tolerante con el mal es a la larga intolerante con el bien.
Pluralismo sí, pero dentro de unos límites. La democracia no es el reino de los
fines de Kant. Entre la dictadura del proletariado y el pluralismo absoluto
queda un espacio, creo yo. Tolerancia absoluta implicaría tolerancia de
opiniones y de las acciones de los violentos. Hay que poner algún coto.”
(Entrevista a Carlos Díaz, 2004). Kant escribió sobre la democracia: “La democracia constituye necesariamente un
despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad
general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda
diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio
y opuesto a la libertad.”
Por
eso, al señalar el pluralismo, debemos mostrarlo como un pluralismo limitado.
Limitado por la responsabilidad, por la ética y por el pensamiento crítico.
Todas estas condiciones son otorgadas por la conciencia y son la clave para que
ese pluralismo democrático no reproduzca ideas o tendencias que dirijan hacia
el odio o hacia el interés personalísimo de una persona o de un grupo. Este
tipo de ideas no deben ser prohibidas (porque lo prohibido se hace atractivo);
pero si deben ser modificadas y erradicadas desde la conciencia. De la
democracia solo queda decir, que es una manera que hemos encontrado para frenar
los últimos movimientos autocráticos, totalitarios y autoritarios; para abrir
paso al mejoramiento y profundización de las ideas individuales y sociales, y
finalmente para entender la coevolución social en la que todas las personas deben
participar. La democracia, creo y espero, no es el fin, no es la idea final de
organización social; sin embargo, con sus muchos errores, la democracia sirve
de catalizador para un orden superior. “Para un sistema evolutivo, la mejora continua es necesaria para sólo mantener su
ajuste a los sistemas con los que está coevolucionando”
“No somos ni de
izquierda, ni de derecha, vamos un paso adelante”
¿Cómo te defines ideológicamente? Una pregunta que
incomoda a muchos, pues el identificarse con uno sector significa
automáticamente excluirse del otro, siguiendo una línea prefabricada. Para eso,
en parte, se inventó el centro, como búsqueda de lo “mejor de ambos mundos”,
evitando la radicalidad de las “izquierdas” y de las “derechas”. Definirse como
centro, es políticamente acertado pues no se corre el riesgo de excluir
seguidores o votantes.
En la actualidad, definirse en el espectro
ideológico, creo, no tiene validez política alguna, el electorado no está
pendiente de que lado de la balanza ideológica está el candidato; sin embargo,
esto no excusa para tener una ideología tradicional o una nueva tendencia del
pensamiento (eso ya es decisión de cada persona). Ubicarse en el eje
izquierda-derecha sigue siendo una trampa que algunos sectores políticos
utilizan, para excluir a los sectores que sencillamente no son ellos, y darse
su propia identidad. Este eje izquierda-derecha, y se explica citando a Mires (1995),
“fue en cierto modo una creación de la izquierda pues, ésta a tenido que
definir como derecha todo lo que no considera de izquierda. Así por ejemplo la
izquierda definía como derecha al fascista, al campesino conservador y al
político liberal. ¿Cuál era la ventaja que obtenía unificando personajes tan
distintos y que se excluyen mutuamente? La única era la afirmación de su propia
identidad”.
De manera pues, que esta clasificación crea una
suerte de exclusión entre las personas que dicen ubicarse de un lado u otro,
simplemente por “estar equivocados de bando”. Ni siquiera miran con
detenimiento propuestas o ideales. Piensen por un instante en todas las
personas que tienen algo que aportar a la sociedad de uno u otro lado del
tablero ideológico y político (porque a veces tienen la misma ideología o
tendencia, pero sencillamente son de diferente color político). Montenegro
(1982) dice: “Hay otras fuerzas que
insidiosamente realizan la tarea preparatoria de la destrucción total, mientras
los hombres, divididos en bandos, agotan ingenio, recursos y crueldad en las
trincheras de la ideología política. Son
otros cuatro jinetes de un nuevo Apocalipsis: la superpoblación, la
contaminación del ambiente, el agotamiento de los recursos naturales y la
tecnología que se dispara, aliados con un sólo objetivo: la indiscriminada
destrucción del género humano, la izquierda igual que la derecha.” Y finaliza
su libro: “Éstos son los perfiles salientes del panorama que la Humanidad tiene
ante sí mientras agota algunas de sus mejores energías intelectuales,
espirituales y aún físicas en la lucha política, lucha que por comparación
tiene mezquinas dimensiones, de unas banderas contra otras banderas
ideológicas. La Futurología da la señal de alarma, pero la Ideología está demasiado
ocupada y envanecida consigo misma para oírla.”
Por
eso debe romperse el esquema izquierda-derecha. No busque encasillarse ni en
tintes ideológicos ni en colores políticos. Terminará odiando a sus
compatriotas y compañeros de lucha. La Lucha de la Izquierda contra la Derecha,
no es la lucha de este siglo. Con los apremiantes problemas actuales,
necesitamos las energías físicas, intelectuales y espirituales de todos los que
estemos dispuestos a darla. Resumiendo, si le preguntan ¿Cómo se define
ideológicamente? Usted
responda “No soy ni de izquierda, ni
de derecha, voy un paso adelante”. Todos pensamos diferente, pero hay algo en
común que nos une. Ese algo es lo que aquí en Cuentas Claras se trata de construir y proponer.
Por Guillermo Flores (@GFloresG91)
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