Entendiendo
la energía sostenible como aquella energía que se produce y se usa de forma que
apoye a largo plazo el desarrollo humano en el ámbito social, económico y
ecológico, Naciones Unidas ha decidido que 2012 sea el Año Internacional de
la Energía Sostenible para Todos. La energía es un recurso
básico para la economía, la salud, el medio ambiente y, en particular, el
cambio climático, la educación o la seguridad alimentaria e hídrica. Por ello,
la ONU pretende generalizar su acceso mundial a largo plazo con la organización
de un Año Internacional. La coletilla “para todos” tampoco es casual. Naciones
Unidas señala que hay más de 1.400 millones de personas carecen de acceso a la energía moderna,
mil millones más solo tienen un acceso “intermitente” y millones de personas no
pueden pagar estos servicios energéticos, incluso estando disponibles.
La falta de energía
no es el único problema. Más de 3000 millones de personas se basan en sistemas
obsoletos de biomasa para cocinar y como fuente de calefacción. El humo de
estos aparatos contamina el medio ambiente y mata a cerca de dos millones de
personas de forma prematura, según la ONU. Si no se hace nada por evitarlo,
estas cifras podrían ser mayores en las próximas décadas. Al impulsar una
energía sostenible para todos, Naciones Unidas cree que el logro de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio y el desarrollo sostenible estarán más
cercanos: se reducirá la pobreza y se mejorarán las condiciones de los seres
humanos y del medio ambiente de todo el planeta. Para llegar a cumplir estos
objetivos será necesaria la inversión en recursos tecnológicos que puedan
generar energía menos contaminante y viabilizar el acceso a estos nuevos
servicios energéticos a todas las comunidades del mundo. Además, requerirá de
políticas tanto nacionales como internacionales que sean una fuente de
incentivo para el uso de las nuevas fuentes de energía renovable.
Según la Resolución 65/151 de este organismo, que
manifiesta: “Reiterando los principios de la Declaración
de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la Agenda 21. Recordando las
recomendaciones y conclusiones contenidas en el Plan de Aplicación de las
Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (“Plan de
Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo”) relativas a la energía para el
desarrollo sostenible”.
Se plantea el “Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos”. Ofreciendo
una valiosa oportunidad para profundizar la toma de conciencia sobre la
importancia de incrementar el acceso sostenible a la energía, la eficiencia
energética y las fuentes renovables en el ámbito local, nacional, regional e
internacional. Los servicios energéticos tienen un profundo
efecto en la productividad, la salud, la educación, el cambio climático, la
seguridad alimentaria e hídrica y los servicios de comunicación. De manera que
la falta de acceso a la energía no contaminante, asequible y fiable obstaculiza
el desarrollo social y económico, lo cual constituye un impedimento importante
para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre todo en las
llamadas economías emergentes.
En este sentido,
Latinoamérica ha dado importantes avances en el desarrollo de infraestructura
de energías sostenibles. Países como Chile, Argentina, Uruguay, Brasil,
Venezuela, Panamá, República Dominicana y México, han realizado progresos
relevantes en energía fotovoltaica y eólica. En
Centroamérica, la Geotermia constituye la segunda fuente energética renovable
de importancia en la región. A la fecha se ha avanzado tanto en la
investigación del recurso como en su desarrollo y explotación que se estima que
el potencial explotable de esta fuente energética este en el orden de los 5.000
MW distribuidos entre Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. La definición más simple del “acceso a la energía” es la disponibilidad física
de servicios modernos para satisfacer las necesidades humanas básicas, a costos
asequibles y que incluyen la electricidad y artefactos mejorados como las
estufas para cocinar.
En la región Andina sobre todo en Bolivia, Chile y
Perú muchas comunidades han sido beneficiadas con estufas o cocinas que
aprovechan la energía solar; incluso con versiones innovadoras que utilizan
antenas parabólicas viejas, desechadas (el plato parabólico). Esto demuestra que Latinoamérica tiene la
disposición y el potencial necesario para asumir la vanguardia de esta
propuesta de la ONU. Ahora, amigos lectores. El llamado es hacia los Gobiernos.
Es buen momento para desarrollar verdaderas políticas públicas, donde el Estado
(nacional, regional o municipal) asuma con responsabilidad la posibilidad de
brindarle apoyo a tan importante objetivo.
Buen año para legislar y darle carácter de
obligatoriedad, sobre todo al sector de la construcción, para concretar el
desarrollo de energías sostenibles, limpias o renovables. Es nuestro modesto
aporte a través de estas líneas que estamos seguros serán compartidas y
difundidas por todos. Una vez más la
ONU nos brinda una nueva estrategia en materia de ambiente. Desarrollando otra
Campaña que de seguro busca incentivar, orientar, advertir y concientizar sobre
la necesidad inmediata de asumir compromisos dirigidos a enfrentar los graves
problemas ambientales y ecológicos de manera global.
Artículo Mixto.
Fuente: Rocío
Fernández Saavedra y Gustavo Carrasquel
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