lunes, 23 de enero de 2012

Aceptación del Pensamiento Disidente


Diversidad en la Unidad. Diversidad representa a todos aquellos actores que participan en la lucha por la "buena sociedad". Individualmente cada uno tiene una concepción de la realidad distinta, y algo de lo que aporta es beneficio para el colectivo social. Unidad representa a las partes pero transformado en el conjunto. Ahora la frase misma expresa, en primer lugar, que la diversidad está unida, es decir, que todos los participantes, los cohesiona un “algo”, y ese “algo” urge formalizarlo y transmitirlo a las generaciones ulteriores. Ese “algo” es la Conciencia. Y en segundo lugar, la frase también nos señala, que la unidad es diversa, es decir, el conjunto existe por la concordancia de los ideales de las partes.


En otras palabras, este principio recoge que todos los involucrados respetarán y se adherirán completamente a esos valores básicos e ideales que se consideran parte de la Conciencia. A la vez, cada parte es libre para conservar su distinta percepción política, sin que entren en conflicto con la parte esencial de aquello que comparte con otros. Además pudiendo aportar su visión al ideal creado. “No debemos sacrificar la unidad o diversidad por la otra parte, pero debemos reconocer que podemos aprender a vivir con mayor diversidad y a la vez proteger bien la legítima unidad”.

Eclecticismo, Pluralismo Limitado y Democracia
El matemático Cassius J. Keyser dijo: “La certeza absoluta es un privilegio de mentes incultas y fanáticas”. El eclecticismo es “un intento de apertura, de reconocimiento de la verdad de donde venga, sin prejuicios ideológicos”. El arte ecléctico “es una especie de estilo mixto en las bellas artes, cuyos rasgos son tomados de varias fuentes y estilos”. Estas dos apreciaciones nos pueden servir para entender lo que se quiere decir con el eclecticismo.

Lo que aquí se ha querido explicar sobre la Conciencia parte de la intención de mezclar y combinar coherentemente las ideas, puntos de vistas, propuestas y concepciones de diferentes personas o grupos. El propósito no es en ningún momento quedarse estancando en una posición teórica cerrada (como las ideologías tradicionales), que desdeñe otros enfoques. Lo cual es a veces una actitud que se acerca más al fanatismo que a otra cosa. Lo que aquí se propone es una respuesta ante el estancamiento de la política en el dogmatismo y la superstición.

No tardarían en encontrarse las nociones de eclecticismo y el pluralismo. El pluralismo es la disposición de aceptar y admitir la estancia y difusión de diferentes opiniones e ideas, característica de las sociedades democráticas. El pluralismo creo yo, es fundamental en esa concepción de Conciencia, y de cualquier otra postura política. No es solo aceptar que alguien piense diferente, sino que debemos participar en la búsqueda de aquellos rasgos e intereses que nos une. “La actual sociedad posmoderna busca valores más humanos, con más espacio para la autonomía individual, la diversidad, la autoexpresión y la calidad de vida. El pluralismo y la tolerancia son dos de los grandes valores que reivindicó la modernidad. Creo que cualquier teoría que pretenda servir a nuestras sociedades democráticas debe situarlos en un lugar privilegiado y sería rechazada con razón si no es capaz de explicarlos o si representa un peligro para ellos”.La participación real y ordenada debe resultar en un proyecto común en la cual todos nos sintamos acogidos como partes importantes de una construcción solidaria, que da sentido a nuestra existencia.

Sin embargo, de la democracia y el pluralismo, se debe recordar lo siguiente: “La democracia es el menos malo de los sistemas. Es decir, es malo. Pero no cabe todo. El que es tolerante con el mal es a la larga intolerante con el bien. Pluralismo sí, pero dentro de unos límites. La democracia no es el reino de los fines de Kant. Entre la dictadura del proletariado y el pluralismo absoluto queda un espacio, creo yo. Tolerancia absoluta implicaría tolerancia de opiniones y de las acciones de los violentos. Hay que poner algún coto.” (Entrevista a Carlos Díaz, 2004). Kant escribió sobre la democracia: “La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.”

Por eso, al señalar el pluralismo, debemos mostrarlo como un pluralismo limitado. Limitado por la responsabilidad, por la ética y por el pensamiento crítico. Todas estas condiciones son otorgadas por la conciencia y son la clave para que ese pluralismo democrático no reproduzca ideas o tendencias que dirijan hacia el odio o hacia el interés personalísimo de una persona o de un grupo. Este tipo de ideas no deben ser prohibidas (porque lo prohibido se hace atractivo); pero si deben ser modificadas y erradicadas desde la conciencia. De la democracia solo queda decir, que es una manera que hemos encontrado para frenar los últimos movimientos autocráticos, totalitarios y autoritarios; para abrir paso al mejoramiento y profundización de las ideas individuales y sociales, y finalmente para entender la coevolución social en la que todas las personas deben participar. La democracia, creo y espero, no es el fin, no es la idea final de organización social; sin embargo, con sus muchos errores, la democracia sirve de catalizador para un orden superior. “Para un sistema evolutivo, la mejora continua es necesaria para sólo mantener su ajuste a los sistemas con los que está coevolucionando”


“No somos ni de izquierda, ni de derecha, vamos un paso adelante”
¿Cómo te defines ideológicamente? Una pregunta que incomoda a muchos, pues el identificarse con uno sector significa automáticamente excluirse del otro, siguiendo una línea prefabricada. Para eso, en parte, se inventó el centro, como búsqueda de lo “mejor de ambos mundos”, evitando la radicalidad de las “izquierdas” y de las “derechas”. Definirse como centro, es políticamente acertado pues no se corre el riesgo de excluir seguidores o votantes.

En la actualidad, definirse en el espectro ideológico, creo, no tiene validez política alguna, el electorado no está pendiente de que lado de la balanza ideológica está el candidato; sin embargo, esto no excusa para tener una ideología tradicional o una nueva tendencia del pensamiento (eso ya es decisión de cada persona). Ubicarse en el eje izquierda-derecha sigue siendo una trampa que algunos sectores políticos utilizan, para excluir a los sectores que sencillamente no son ellos, y darse su propia identidad. Este eje izquierda-derecha, y se explica citando a Mires (1995), “fue en cierto modo una creación de la izquierda pues, ésta a tenido que definir como derecha todo lo que no considera de izquierda. Así por ejemplo la izquierda definía como derecha al fascista, al campesino conservador y al político liberal. ¿Cuál era la ventaja que obtenía unificando personajes tan distintos y que se excluyen mutuamente? La única era la afirmación de su propia identidad”.

De manera pues, que esta clasificación crea una suerte de exclusión entre las personas que dicen ubicarse de un lado u otro, simplemente por “estar equivocados de bando”. Ni siquiera miran con detenimiento propuestas o ideales. Piensen por un instante en todas las personas que tienen algo que aportar a la sociedad de uno u otro lado del tablero ideológico y político (porque a veces tienen la misma ideología o tendencia, pero sencillamente son de diferente color político). Montenegro (1982) dice: “Hay otras fuerzas que insidiosamente realizan la tarea preparatoria de la destrucción total, mientras los hombres, divididos en bandos, agotan ingenio, recursos y crueldad en las trincheras de la ideología política. Son otros cuatro jinetes de un nuevo Apocalipsis: la superpoblación, la contaminación del ambiente, el agotamiento de los recursos naturales y la tecnología que se dispara, aliados con un sólo objetivo: la indiscriminada destrucción del género humano, la izquierda igual que la derecha.” Y finaliza su libro: “Éstos son los perfiles salientes del panorama que la Humanidad tiene ante sí mientras agota algunas de sus mejores energías intelectuales, espirituales y aún físicas en la lucha política, lucha que por comparación tiene mezquinas dimensiones, de unas banderas contra otras banderas ideológicas. La Futurología da la señal de alarma, pero la Ideología está demasiado ocupada y envanecida consigo misma para oírla.”

Por eso debe romperse el esquema izquierda-derecha. No busque encasillarse ni en tintes ideológicos ni en colores políticos. Terminará odiando a sus compatriotas y compañeros de lucha. La Lucha de la Izquierda contra la Derecha, no es la lucha de este siglo. Con los apremiantes problemas actuales, necesitamos las energías físicas, intelectuales y espirituales de todos los que estemos dispuestos a darla. Resumiendo, si le preguntan ¿Cómo se define ideológicamente? Usted responda “No soy ni de izquierda, ni de derecha, voy un paso adelante”. Todos pensamos diferente, pero hay algo en común que nos une. Ese algo es lo que aquí en Cuentas Claras se trata de construir y proponer.

Por Guillermo Flores (@GFloresG91)

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