viernes, 25 de noviembre de 2011

Caricatura 25: AHORREMOS POR LA VIDA!!


Ecología y democracia


En torno a la celebración del Día de la Tierra (22 de abril de cada año), me gustaría poner de relieve una cuestión de actualidad en plena crisis energética: las relaciones entre ecología y democracia. El filósofo ecologista André Gorz solía decir que el imperativo ecológico podía llevar a la sociedad tanto a un anticapitalismo radical como a un fascismo verde. Es cierto que la magnitud de los retos que se nos plantean en este principio del siglo XXI nos aboca a realizar cambios profundos que cuestionan las bases de nuestras democracias. 

Caricatura 24: Protección para los Árboles!!


Caricatura 23: Houston, tenemos un problema


martes, 22 de noviembre de 2011

Caricatura 22: Biocombustibles ¡NOOOOOOO!


El auge del ecologismo tiñe de verde la política


La crisis medioambiental, social y económica está generando movimientos hasta hace poco inusitados. Los movimientos ecologistas, que en un principio asomaron tímidamente la cabeza en el terreno político, poco a poco se están introduciendo con fuerza en todos los ámbitos sociales. Sus propuestas son globalizadoras como lo son los problemas que acechan al planeta, y ofrecen una visión humanizada tanto para el ser humano como para la sociedad y la economía.

lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Sabía usted que a la flora y la fauna silvestres las amparan dos grandes diosas?



Los antiguos griegos durante los nueve siglos de su máximo esplendor (IX-I a.C.) dividieron su espacio geográfico en cinco niveles de acuerdo a su labor productiva: Las costas para el comercio marítimo y la pesca, las planicies para el cultivo de cereales (trigo, cebada), las lomas y collados para la ganadería (vacuno poco, pero si mucho caprino y ovino), los valles para la horticultura y frutales (privilegiando el de la vid), los grandes bosques para el agua: sin agua y lo sagrado. Al respecto los helenos desde siempre supieron del indisoluble vínculo entre la vegetación y el agua: sin agua no hay verdor, sin la floresta no hay fuentes, ríos, quebradas. Sus bosques eran sagrados. Restringían la tala de la fronda periférica a lo indispensable, la caza únicamente como obtención de comida para la familia.

“La sostenibilidad requiere un enfoque sistémico y transformador”


Aunque nacido en Francia, Florent Marcellesi es un ciudadano del mundo y así actúa tanto en su vida diaria como en la defensa de sus propuestas políticas. Quien lo lee habitualmente conoce su profundo conocimiento de las bases ideológicas del movimiento verde, así como su defensa de un espacio propio y con autonomía para la ecología política en España y Europa. Para los que pensamos que un futuro muy negro nos espera si no ubicamos urgentemente la sostenibilidad en el centro de nuestra gestión de lo público, gente como Florent es una esperanza. Y por eso le deseo mucha suerte en todo lo que se proponga. Será un indicador para creer que nos irá mejor a todos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Caricatura 21: UN METEORITO DE CO2


La Ecología en América Latina (Parte VI: Ética y emancipación)


La ecología política busca su identidad teórica y política en un mundo en mutación, en el que las concepciones y conceptos que hasta ahora orientaron la inteligibilidad del mundo y la acción práctica, parecen desvanecerse del campo del lenguaje significativo. Sin embargo, el pensamiento dominante se resiste a abandonar el diccionario de las prácticas discursivas que envuelven a la ecología política (como a todos los viejos y nuevos discursos que acompañan la desconstrucción del mundo) a pesar de que han perdido todo peso explicativo y resuenan como la nostalgia de un mundo para siempre pasado, para siempre perdido: el del pensamiento dialéctico, el de la universalidad y unidad de las ciencias, el de la esencia de las cosas y la trascendencia de los hechos. Y sin embargo algo nuevo puja por salir y manifestarse en este mundo de incertidumbres, de caos y confusión, de sombras y penumbras, donde a través de los resquicios y resquebrajamientos de la racionalidad monolítica del pensamiento totalitario, se asoman las primeras luces de la complejidad ambiental. 

La Ecología en América Latina (Parte V: Ecología política/ Epistemología política)


La ecología política es la política de la reapropiación de la naturaleza. Pero como toda política, no es meramente una estrategia práctica; su práctica no sólo está mediada por procesos discursivos y por aplicaciones del conocimiento, sino que es esencialmente una lucha que se da en la producción y apropiación de los conceptos. No sólo porque el ambientalismo crítico combate las ideologías que fundan la racionalidad de la modernidad insustentable (Leis, 2001), sino porque la eficacia de una estrategia de reconstrucción social implica la desconstrucción de los conceptos teóricos e ideológicos que han soportado y legitimado las acciones y procesos generadores de los conflictos ambientales. La orientación de las acciones hacia la construcción de sociedades sustentables se da en un campo de luchas teóricas y de politización de conceptos. Así, los conceptos de biodiversidad, territorio, autonomía, autogestión, están reconfigurando sus significados en el campo conflictivo de las estrategias de reapropiación de la naturaleza.

La Ecología en América Latina (Parte IV: Conciencia de clase, conciencia ecológica, conciencia de especie)


La política de la diferencia se sitúa en otro plano que el de una ecología política subsumida en el pensamiento ecológico. Pues la significancia de la naturaleza que mueve a los actores sociales en el campo de la ecología política no podría proceder ni fundarse en una conciencia genérica de la especie humana. La "conciencia ecológica" que emana de la narrativa ecologista como una noosfera que emerge desde la organización biológica del cuerpo social humano esa formación discursiva desde la cual la gente habla del amor a la naturaleza, se conmueve por el cuidado del ambiente y promueve el desarrollo sostenible no es consistente con bases teóricas ni con visiones y proyectos compartidos por la humanidad en su conjunto. 

La Ecología en América Latina (Parte III: Política cultural/Política de la diferencia)


La diferencia es siempre una diferencia radical; está fundada en una raíz cuyo proceso y destino es diversificarse, ramificarse, reedificarse. El pensamiento de la diferencia es el proyecto de desconstrucción del pensamiento unitario, aquel que busca acomodar la diversidad a la universalidad y someter lo heterogéneo a la medida de un equivalente universal, cerrar el círculo de las ciencias en una unidad del conocimiento, reducir las variedades ontológicas a sus homologías estructurales y encasillar las ideas dentro de un pensamiento único. La ecología política enraíza el trabajo teórico de desconstrucción del logos en el campo político, donde no basta reconocer la existencia de la diversidad cultural, de los saberes tradicionales, de los derechos indígenas, para luego intentar resolver el conflicto que emana de sus diferentes formas de valorización de la naturaleza por la vía del mercado y sus compensaciones de costos.

La Ecología Política en América Latina (Parte II: Desnaturalización de la naturaleza)


En el curso de la historia, la naturaleza se fue construyendo como un orden ontológico y una categoría omnicomprensiva de todo lo real. Lo natural se convirtió en un argumento fundamental para legitimar el orden existente, tangible y objetivo. Lo natural era lo que tenía "derecho de ser". En la modernidad, la naturaleza se convirtió en objeto de dominio de las ciencias y de la producción, al tiempo que fue externalizada del sistema económico; se desconoció así el orden complejo y la organización ecosistémica de la naturaleza, en tanto que se fue convirtiendo en objeto de conocimiento y en materia prima del proceso productivo. La naturaleza fue desnaturalizada para convertirla en recurso e insertarla en el flujo unidimensional del valor y la productividad económica. Esta naturalidad del orden de las cosas y del mundo la naturalidad de la ontología y la epistemología de la naturaleza fue construyendo una racionalidad contra natura, basada en leyes naturales inexpugnables, ineluctables, inconmovibles.

La Ecología Política en América Latina (Parte I: Emergencia de la ecología política)


La ecología política se encuentra en el momento fundacional de un campo teórico-práctico. Es la construcción de un nuevo territorio del pensamiento crítico y de la acción política. Situar este campo en la geografía del saber no es tan sólo delimitar su espacio, fijar sus fronteras y colocar membranas permeables con disciplinas adyacentes. Más bien implica desbrozar el terreno, dislocar las rocas conceptuales y movilizar el arado discursivo que conforman su suelo original para construir las bases seminales que den identidad y soporte a este nuevo territorio; para pensarlo en su emergencia y en su trascendencia en la configuración de la complejidad ambiental de nuestro tiempo y en la construcción de un futuro sustentable.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Del egoísta latifundio a las saludables reservas forestales – zoológicas


En Latinoamérica el latifundio se ubica dentro de la concepción negativa de la organización social del campo: es inmoral y es la expresión más clara de la avaricia por la tierra. Cuando se entiende la superficie del suelo campestre como la base material primaria fundamental para la producción agraria, pecuaria, con su posterior versión industrial, todo lo cual implica una enorme utilización de mano de obra, una activísima ocupación laboral, el latifundio significa lo opuesto a todo esto por cuanto son inmensas extensiones de tierra ociosas, en manos de coleccionadores de territorios, con una ocupación laboral cero o menos cero, es decir nada.

La Revolución Ecológica (Parte IX: La conciencia y el Verbo)


Puede parecer extraño que los cambios ecológicos que los cambios ecológicos que demanda la defensa del planeta sean entendidos como una revolución. Quizás es necesario precisar esta idea. El término revolución no ha sido usado aquí para designar el salto cualitativo de una sociedad a otra en el marco de un proceso evolutivo que va de unidades inferiores a otras supuestamente superiores. No es posible dejar de pensar que el concepto de revolución está demasiado ligado a las teorías del progreso y del desarrollo que este mismo trabajo intenta cuestionar. Por lo tanto, el concepto de revolución ha sido usado en su sentido más lato, esto es, para referirse a cambios profundos en todos los niveles de la existencia, pero sin que éstos correspondan con ningún plan inscrito en alguna ideología del progreso, del crecimiento, o del desarrollo.

La Revolución Ecológica (Parte VIII: La intervención ecológica)


La intervención ecológica en el mercado supone, a la vez, la organización política de los agentes ecológicos interventores. Esto no quiere decir, aunque no lo descarta, que una organización ecológica deba ser partidaria. Tampoco quiere decir que deba ser puramente cultural. En este sentido, no hay una receta universal. De país a país, las constelaciones políticas de donde puedan surgir interferencias en el mercado, son diferentes. En algunos países latinoamericanos, por ejemplo, supone vincularse con demandas campesinas e indígenas largamente postergadas, lo que en algunos casos implica cuestionar el sentido puramente geopolítico (o estatista) de la nación, lo que puede a su vez ser fuente de conflictos de alta intensidad en el futuro.

La Revolución Ecológica (Parte VII: La revalorización de los valores)


Como ya ha sido dicho, el valor del desgaste de la naturaleza no está involucrado, por falta de una tercera contabilidad, en el cálculo valórico de cada producto y, por lo mismo, no forma parte del cálculo preciatorio. Una nueva teoría del valor, parte central de la Segunda Crítica a la Economía Política que —como también ha sido establecido— se encuentra en marcha, pasa por incorporar en la producción la parte que se pierde de la naturaleza. Ahora bien, este tipo de cálculo ofrece una breve dificultad; matemáticamente es incalculable.

La Revolución Ecológica (Parte VI: El fin de la utopía del crecimiento eterno)


Si el crecimiento tiene límites objetivos, debe existir un momento en el cual, ü partir del reconocimiento de esa realidad, la economía —en tanto que ciencia— deja de ser una ciencia del crecimiento. Eso significaría desplazar su centro desde la producción de riquezas al de la administración de la pobreza. Quizás la economía moderna nació el día en que Jesucristo, según el Nuevo Testamento, tuvo la fantástica idea de multiplicar los panes para dar de comer a los hambrientos. Si se escribiera de nuevo la misma historia, Jesucristo debería haber enfrentado el problema no de multiplicar panes, sino de repartir, entre muchos, los pocos disponibles. Esa es la tarea científica de la economía del futuro, que sólo puede cumplirla reconciliándose con su hermana, la ecología.

La Revolución Ecológica (Parte V: La impureza de la ecología política)


Que estemos en vísperas de una revolución global que además se expresa ecológicamente, quiere decir que lo ecológico no existe políticamente en forma "pura" sino imbricado en un contexto poblado de conocimientos que no son puramente ecológicos. Pero, a la vez, el elemento ecológico impurifica a los demás (políticos, económicos) y les da una connotación que sobrepasa su forma específica, hasta tal punto que lo llamado específico se convierte en un dato abstracto, imposible de ser ubicado en algún punto de la realidad.

La Revolución Ecológica (Parte IV: La teoría de la revolución global)


La ecología como práctica política subvierte principios esenciales del racionalismo moderno. Quizás estamos asistiendo a uno de los procesos más revolu­cionarios que haya conocido la historia de la Humanidad, pues gracias a los servicios que nos presta la ecología podemos realizar una suerte de cuestionamiento tridimensional. En primer lugar, el de un orden civilizatorio: la propia modernidad. En segundo lugar, el de un orden socioeconómico: el industrialismo, predominan­temente su forma capitalista (ya que su forma socialista se cuestionó a sí misma, y muy radicalmente). En tercer lugar, el de nosotros mismos.

La Revolución Ecológica (Parte III: La desnaturalización de la razón)


El error que lleva a deducir la condición antropológica como externa al "orden natural" se deduce de la observación correcta de que, en efecto, parece que con el Homo sapiens la naturaleza se dio un elemento que hasta antes de nuestra llegada no tenía: la autorreflexión, o lo que es parecido: la capacidad de pensarse a sí misma. Esta capacidad portada por la especie humana, la de elaborar teorías; maravilló tanto a sus portadores, que los llevó en algún momento a imaginar que existía indepen­diente de su condición natural. Este fue el momento en que durante los tiempos modernos algunos iluminados llevaron su capacidad de razonar hasta el punto en que fue posible razonar sobre la razón.

La Revolución Ecológica (Parte II: Equilibrio e integración)



El planteamiento de Al Gore es fascinante, como lo es el de muchos místicos, y él lo es desde un punto de vista ecologista. Por lo mismo, parece inevitable que en algunos momentos caiga en la tentación de absolutizar algunas premisas. Por lo menos dos conceptos muy caros a Al Gore se encuentran para él fuera de toda discusión. Uno es el de equilibrio; el otro es el de la reintegración.


La Revolución Ecológica (Parte I: Un palimpsesto de nuestro tiempo)



A continuación se extrae para ustedes una de las lecturas, que ha consideración nuestra debería ser obligatoria si se quisiera entender el contexto actual en el que se esta viviendo. Fernando Mires, un ensayista chileno, nos expresa muy bien esos cambios revolucionarios que la sociedad de hoy está viviendo; que todos sentimos y palpamos. La Revolución que nadie soñó o la otra posmodernidad, cuenta con cinco capítulos, quisimos traer para ustedes el capítulo tres: La Revolución Ecológica.

Caricatura 20: "Puedes cortar un árbol, pero luego te faltará para respirar"


Caricatura 19: Jesuscrito Superecológico


Caricatura 18: Simplemente vida


Caricatura 17: La tierra posee más de 7 mil millones de tripulantes


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Caricatura 16: Earth is over capacity


Caricatura 15: Contradicciones


Caricatura 14: Jesucristo camina sobre las aguas ¿contaminadas?


¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (III Parte)



Dentro de estas reflexiones, no podía faltar un análisis de la situación del deporte venezolano en todos estos años. "El Garzón" fue atleta, y de ésos que nunca recibieron la atención del Estado, lo cual no lo hace ninguna excepción a la regia, ni nada por el estilo, pero sí lo provee de capacidad para hablar con propiedad. Veamos, cuáles son los bolas y los strikes, los outs y los safe que el chief umpire decreta en esta materia:"¿Qué se ha hecho con el deporte aquí?", es su primera conjetura al abordar el tema.

¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (II Parte)


Roberto deja constancia de sus convicciones de­mocráticas. Estas se han hecho cada día más fuertes. Pese a ello, no deja de reprochar que en estos últimos 33 años, se hayan perdido cosas que existieron en un sistema como el de Pérez Jiménez."Cuando Pérez Jiménez, Venezuela vivió años de mucha tranquilidad en lo que a seguridad personal se refiere. Quienes vivimos en aquella época, estamos impresionados por lo que está sucediendo actualmente en el país. Lo que ocurre es terrible, algo incompa­rable.

¡Ponche a los políticos! Una visión de la historia venezolana según Roberto Olivo. (I Parte)


A continuación traemos para ustedes un extracto del libro escrito por el conocedor del deporte venezolano Carlos Cárdenas, del cual casi por mera casualidad quisimos publicar estas líneas para reflejar como los personajes de épocas anteriores percibían la política y la sociedad venezolana de aquel entonces. La historia que leerá a continuación es prácticamente, lo que toda la gente responde al unísono cuando se le pregunta por la Historia Contemporánea de Venezuela antes de 1998. Roberto “Tarzán” Olivo es una de las figuras más representativas del beisbol, deporte rey en Venezuela.

martes, 8 de noviembre de 2011

Caricatura 13: Compañías petroleras celebran derretimiento de los polos


La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte III: Conclusiones: los retos de la globalización)


Si atendemos a la literatura especializada que más cercana se muestra al ecologismo como actor político, en sus discursos y en sus prácticas, no parece fácil justificar una deuda clara para con posiciones premodernas e irreflexivas, menos aún si nos fijamos en la configuración del ecologismo como agente político global. Es más, la evolución que sigue el ecologismo como otros movimientos sociales hacia la imbricación en redes y narrativas globales, nos muestra una tendencia sustancialmente autorreflexiva, dinámica y permeable que, precisamente por eso, ha de hacer frente a retos nuevos como participante activo en la sociedad civil global. Probablemente el ecologismo como teoría o ideología política pueda ser más adecuadamente revisado con mirada crítica poniendo la atención en los retos nuevos, si bien ver qué lugar ocupan los viejos puede arrojar luz también sobre esa evolución.

La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte II: La práctica en la Teoría del Ecologismo)


Las cosmovisiones, las doctrinas comprehensivas o las ideologías políticas se dan siempre encarnadas en sujetos concretos que son los que las van constituyendo. Es decir, están siempre en relación no sólo a la coherencia interna del conjunto de valores, principios e imágenes a los que se apela sino también a la práctica concreta en que esas ideas van siendo puestas en juego. A pesar de que cualquier análisis social parte de este tipo de premisas, esta idea ha sido a menudo olvidada en buena parte de las discusiones sobre la seriedad o no del ecologismo como ideología política, como ocurre en muchas otras discusiones en filosofía moral y política. No son pocas las ocasiones en que se cae en un exceso de constructivismo y la definición de un conjunto de ideas muy consistentes analíticamente se hace a costa de perder la dimensión dinámica, plural y cambiante de al menos parte de las ideas y los actores.

La globalización del ecologismo. Del ecocentrismo a la justicia ambiental (Parte I: Aparición de la Teoría del Ecologismo)


La problemática ambiental continúa siendo aceptada de forma paradójica. Por un lado, y como la canícula que azotó Europa durante el verano del 2003 nos recordó, ya forma parte del «sentido común» del ciudadano occidental e incluso la legitimidad de cualquier discurso social pasa por reconocer la necesidad de tratar de hacerle frente. Por otro, sin embargo, no sólo la propia noción de crisis ecológica, sino con ella todo el proyecto político ecologista, vienen siendo cuestionados regularmente. El objeto de este trabajo es aclarar algunos malentendidos que hacen posible la coexistencia de dos formas aparentemente contradictorias de asimilar lo que, por equiparación con la llamada a la cuestión social durante los siglos XIX y XX, puede ser llamado la cuestión ecológica.

Hacia un ecologismo sin complejos.La ecología política: ¿de izquierdas o de derechas?


Desde la aparición del movimiento ecologista en la escena mediática, numerosas voces de pensadores y teóricos discuten su posicionamiento en el tablero político heredado de la oposición entre izquierda y derecha. Frente a este panorama binario, los Verdes alemanes en su fundación en 1984 hicieron famoso el lema “la ecología no está ni a la izquierda, ni a la derecha sino que va por delante”. Mientras tanto, el ecologismo político francés establecía el “ni-ni”: ni de izquierda, ni de derecha. Cuando nace el Movimiento Ecológico de Venezuela en una coyuntura electoral e inspirado en los Verdes Peruanos asimilamos este lema No somos de Izquierda, Ni de derecha, somos del Centro y Pa’ lante con el Tema Ambiental; No ofrecemos la Luna, sino que garantizamos la Tierra. Y de allí en el año 2008 y una vez legalizados ante el CNE, hemos buscado un equilibrio, ante tan marcada polarización para fortalecernos como organización política ecológica y para llegar a una inmensa mayoría de Venezolanos que no se sienten identificados en ningunos de los dos extremos. En conclusión, el MOVEV, quiere ser una verdadera alternativa con un proyecto de país en el marco de la Ideología de la Ecología Política.

¿Qué es la Ecología Política?


Lejos de resumirse en consideraciones de medio ambiente, la Ecología Política es un sistema de pensamiento político global, todavía muy poco conocido en Venezuela, que responde a unas necesidades históricas concretas. Aplicada al hombre, la ecología es el estudio de la relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir. El ambiente de los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también la naturaleza transformada por su actividad. La ecología humana es, entonces, el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente (medio de vida de la humanidad) y el funcionamiento económico, social y político de las comunidades humanas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

La ecología política y el siglo XXI


La “ecología política” pretende traducir al campo político los múltiples aspectos y realidades que engloba el término ecología. Como se ha repetido hasta la saciedad, la palabra ecología se remonta a las raíces griegas oikos (casa) y “logie” (estudios metódicos del ¿para hacer qué?). Generalizado en los últimos decenios del siglo XIX, el término ecología adopta el sentido de “la organización más satisfactoria de nuestra casa Tierra, en sus relaciones con la Naturaleza que la rodea”. La ecología tiene de excepcional el haber sido una ciencia y haber pasado a ser un asunto político y ético de mayor importancia.

Caricatura 12: No todo lo que dice ser verde lo es


El Movimiento Ecológico de Venezuela (III Parte: Misión, Visión y Valores del MOVEV)


Es la fuerza política de los ciudadanos que participan democrática y libremente en las decisiones fundamentales de la sociedad, para garantizar las sustentabilidad de los recursos naturales y el derecho de cada persona a su desarrollo económico, político, social e individual en un ambiente sano, seguro y ecológicamente equilibrado, de respeto por la vida y la naturaleza y por una sociedad más justa. (Misión)

El Movimiento Ecológico de Venezuela (II Parte: Una ideología del siglo XIX no puede nunca solucionar los problemas del siglo XXI)


“No somos un movimiento unidireccional. Cada día que pasa nos damos cuenta de que no vale la pena construir una sociedad que no considere las leyes naturales, los derechos democráticos, las diferencias sociales y las limitaciones económicas. El núcleo de la ideología verde es que todo tiene conexión, que no se puede separar a la gente del resto de la naturaleza, que es mejor ver las cosas a largo plazo en vez de a corto plazo, y que todas las decisiones deben tomarse lo más cerca posible de los implicados”

El Movimiento Ecológico de Venezuela (I Parte: El Partido Verde Venezolano)


La naturaleza y la sociedad humana están en riesgo de la destrucción masiva. Esta situación tiene su origen en las políticas de “desarrollo” que se han venido aplicando de manera generalizada a escala global. Dichas políticas han fracasado porque sus fundamentos están equivocados.El nacimiento del movimiento ecologista venezolano y sus expresiones políticas "verdes" es parte de una respuesta mundial que la sociedad ha venido gestando en las últimas décadas, para cambiar el rumbo y los fundamentos mismos que la política tradicional ha seguido hasta ahora, a los fines de trabajar por un ambiente "seguro, sano y ecológicamente equilibrado" como lo plantea nuestro marco constitucional.

De la Venezuela Rentista a la Venezuela Solar: Manifiesto Político MOVERSE


Movimiento por una Venezuela Responsable, Sostenible y Emprendedora (MOVERSE) es un movimiento político venezolano de izquierda y ambientalista destinado a promover un nuevo Proyecto Político Nacional en el cual  Democracia Efectiva, Economía Sostenible y Comunidades Inclusivas son bases fundamentales  de la nueva ciudadanía plural, libre, innovadora, corresponsable y progresista. MOVERSE es una organización conformada por un grupo de ciudadanos provenientes de diversas corrientes del pensamiento político, sin distinción de clase, raza, género y credo,  que coincidimos en la necesidad de transformar a Venezuela en un país productivo, incluyente y comprometido con su desarrollo sostenible. MOVERSE ofrece un espacio de acción sociopolítica a todos los venezolanos, y de manera particular a  generaciones emergentes de jóvenes, preocupados por la crisis social, económica, política y ambiental que vive la nación,   y  dispuestos a comprometerse voluntariamente en la búsqueda individual y colectiva de soluciones innovadoras a los desafíos de nuestro tiempo.