En Valencia, estado Carabobo, se inició en Venezuela el Movimiento Ecológico o Partido Verde de Venezuela. En las últimas elecciones nacionales, cerca de 100.000 votos para el Parlamento Latinoamericano de la propuesta ecológica consagraron el movimiento como una fuerza política presente en todos los estados de la República. Es tiempo para el pensamiento y la praxis de la ecología política.
Por ahora nos referiremos a la ideología verde que, como toda ideología, expresa conceptos y una visión sobre la economía, la política, la cultura, las relaciones internacionales. Tiene el aspecto pasivo de la representación del sistema pero también el principio activo del proyecto de reforma. Por eso la ideología es un Weltanschauung (visión del mundo) común a una civilización, a una época, puede ser una ideología conservadora o transformadora. Toda ideología parte de una filosofía al responder a las grandes cuestiones del ser humano y se expresa en una doctrina política, económica, cultural y social.
En relación con las doctrinas económicas y políticas contemporáneas, el ecologismo comparte criterios con el socialismo en cuanto a los análisis de los modos de producción capitalista y la plusvalía, pero niega el concepto de dictadura del proletariado y la suspensión de las libertades individuales bajo el imperativo de justicia. Reconoce en todos los socialismos los aportes en lo político y económico que preconizan un modelo de sociedad en donde la distribución de la riqueza permita mayor justicia.
Desde 1889 con la Segunda Internacional, el socialismo orientado hacia el marxismo produjo sólo gobiernos totalitarios negándose a sí mismo, como fue el caso del comunismo soviético. Muchos movimientos políticos verdes se identifican con el socialismo democrático cuya mejor expresión es la de los países nórdicos. Del socialismo la ideología verde toma el imperativo de la justicia social.
Frente al liberalismo económico y político, la ideología verde recupera la preocupación por las libertades individuales y los derechos fundamentales, aceptando el necesario control del Estado y negando la dirección lineal del progreso en desmedro de la naturaleza; el desarrollo sustentable exige un Estado fuerte en sociedades libres con el necesario control de la libre empresa. Tanto el desarrollo del modelo capitalista como del comunista han atentado contra el ambiente en la búsqueda de la ganancia, no importa que se concentre en el Estado o en particulares.
Cuando la ecología se convirtió en política en los años 80, estos movimientos alternativos pacifistas adoptados por minorías y con propuestas sectoriales fueron definiéndose y tomando un perfil propio, a pesar de la diversidad ideológica y política de los grupos que se proclamaban verdes, pero siempre como vía diferente a los modelos vigentes del capitalismo y el comunismo, al liberalismo y al socialismo. La ecología como ideología y como política es una verdad incomoda a los partidos políticos tradicionales y a las expresiones de gobierno fundamentados en el capitalismo o en el socialismo. La ecopolítica confronta la ideología del crecimiento sin fin en un mundo limitado.
La ideología del crecimiento en el liberalismo y en el marxismo centran el progreso sólo en términos económicos, bienes, servicios, finanzas, ciencia y tecnología para producir y acumular capital, considerando el crecimiento económico como la solución a todos los problemas de la sociedad, tanto en el sentido de la oferta socialista, concentrando todo el poder en el Estado, o como el capitalismo en la empresa privada. La ideología verde toma lo mejor del pensamiento y praxis del capitalismo y del socialismo pero rechaza ambos modelos de desarrollo. La ecopolítica trata de preservar los equilibrios de los ecosistemas a largo plazo en una permanente relación del hombre con la naturaleza.
Por Julio Cesar Pineda, artículo del Diario El Carabobeño
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