miércoles, 19 de octubre de 2011

Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros


Como seres humanos, como habitantes de este planeta, como especies de la naturaleza no podemos ignorar los últimos sucesos que han estado sucediendo a nivel global, a escala planetaria. Por un lado, los cambios físicos y climatológicos, los cuales nunca dejo de recordar; pero de esos ya la Tierra habla por sí sola; pero de los segundos, es de los que quiero comentar a continuación, del denominado “Movimiento de los Indignados” que tan solo unos días atrás se hizo sentir en más de la mitad de los países de este mundo. Aunque debatiéndose entre protestas pacíficas y violentas (Roma), el mensaje fue claro: Democracia real ¡YA!

     Realmente no creo que las personas se hayan sorprendido del fondo y la forma de la protesta, pues solamente hace falta vivir en cualquier país del mundo para sentir que vivimos por vivir, sin sentido claro y sin futuro cierto. Pero como tampoco debe ser sorpresa que siga habiendo gente que crea que vamos bien, que todos somos incluidos en este sistema y que lo defienden con arma y puño. Pero, ciertamente la realidad es otra. De más está decir, que el movimiento tuvo un sabor de diferentes condimentos: l@s que rechazan el sistema (anticapitalistas y no-capitalistas), l@s que proponen otro (Economía Basada en Recursos, se vio mucho en las pancartas chilenas), l@s ecologistas, l@s feministas y otr@s que solamente estaban indignados con la manera como unos pocos manejan el poder que verdaderamente es de todos.

     Decía una entrevistada “Me indigna la indiferencia, la prepotencia, y la pobreza que eso genera”; y esta podemos decir que esa fue la idea de la gran movilización. Además de las estrangulaciones de las medidas económicas lanzadas por el Fondo Monetario Internacional a Europa (que en su momento Venezuela sufrió). Estos “paquetazos” que obligan a los pueblos a “ajustarse el pantalón”, son un sin sentido, porque ponen a las personas al servicio de la economía y el dinero, obteniendo préstamos para que el país pueda "crecer", que si le sumamos a eso el factor ecológico, esto se vuelve una “real cagada”, pues los límites del crecimiento y de los recursos naturales son visibles, y más aún en estos tiempos. Luego, el absurdo de una deuda evidentemente impagable, que endeuda a quien sabe cuántas generaciones, quizás unas que nunca llegaremos a ver; obviamente es caldo de cultivo para las protestas, que cada día se van pareciendo a la de los años sesenta, espero que esta vez que sean sin tanta droga, y que no terminen como acabaron aquellas.

     Ahora en el caso de Venezuela, que como dije ya el FMI le había recetado uno de sus famosos “cocteles de la muerte”; que si bien es cierto era lo que el sistema requería en ese momento, podríamos hablar de una acertada medida económica, pero para el sistema, no para las personas. La economía o la forma de distribución de los recursos deben ser para las personas, para todas (porque no hay ninguna razón para excluir a nadie, y reto a cualquiera que me demuestre prueba contraria). Si bien es cierto, la lucha política y social en Venezuela, es otra totalmente diferente a la idea central del “Movimiento de los Indignados”; que como se ha hecho mala costumbre para nosotros, Venezuela entra tarde a las tareas y objetivos del naciente siglo. La lucha Capitalismo-Socialismo no es la lucha de este siglo, es del pasado. Y hemos estado empecinados a la política de “yo te digo y tú me dices”, a la política de contestación y no a la de proposición. La lucha del siglo XXI es la lucha contra el tiempo, de preservar el ambiente y de recuperar el equilibrio ecológico del planeta.


Por Guillermo Flores González (@GFloresG91). Miembro de Jóvenes de Cuentas Claras (@JOVNSCTASCLARAS) y de Ecología Cuentas Claras (@ecologia_cc)

No hay comentarios: